07 agosto 2019

El museo de carreteras de Teruel


En noviembre de 2017 (enlace al Diario de Teruel) saltaba a la prensa una muy buena noticia para todo aficionado al mundo carretero, ni más ni menos que la apertura de un museo dedicado a las carreteras y su historia en Teruel, más concretamente en el centro de Conservación de Carreteras ubicado junto a la N-234. Personalmente, y dado el poco interés que suele tener la administración por este tipo de cosas, acogí la noticia con cierta cautela. No hay apenas ejemplos de este tipo de museos, quizá el centro de interpretación de la Caminería en Jaén, que visitamos el año pasado y que es más un museo al aire libre, muy al detalle, eso si. Además, Teruel no queda precisamente cerca de mi lugar de residencia, por lo que era mejor esperar. Pasaron los meses, y tras la visita de dos amigos del mundillo y sus comentarios favorables, decidí buscar una fecha en la que acercarme al Museo de Carreteras de Teruel. Ojo, porque sólo abre los sábados por la mañana en horario de 10.30 a 13.30 y no hay donde consultar si algún sábado concreto va a estar abierto o cerrado.

El museo se puede separar en tres áreas, dos en el interior y una en el exterior. En el exterior, diversa maquinaria, antigua y moderna, tanto de reparación como de mantenimiento, así como ejemplos de señalización (más ejemplos de señalización aquí) o sistemas de contención. En el interior, por una parte, una buena muestra de hitos de carretera de diferentes épocas, desde la réplica de un miliario romano hallado en territorio aragonés hasta los más "modernos" hitos del Plan Peña, así como herramientas utilizadas por los antiguos peones camineros. Por otra, decenas de paneles informativos, centrados en la historia desde las vías romanas hasta las autopistas modernas, pasando por las casas de postas, calzadas medievales y un largo etcétera, además de abundante información respecto a la red de carreteras turolense. En conjunto, mucho material con el que hacer cortas las tres horas de apertura. 

En adelante muestro las imágenes tomadas en el museo, exceptuando los paneles, por lo que aviso al lector que si tiene intención de ir allí, actividad por otra parte sumamente recomendada, quizá le "destripe" alguna de las sorpresas que se va a encontrar durante su visita.

Llegamos pues al museo, y lo primero que nos recibe es un precioso Pegaso quitanieves en la rotonda de entrada y una fuente con la inscripción de Peones Camineros y el escudo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.





Museo si, pero centro de trabajo de los "camineros modernos" también.


En el parking, guardarruedas y muretes de contención.


Señales, algunas de ellas rarísimos ejemplares hechos en hormigón...





Toda clase de vehículos y maquinaria...






















Valla de contención según la Instrucción de 1939.


También maquinaria moderna, evidentemente en uso, encargada de la conservación y mantenimiento de las carreteras de la provincia.




Pasamos ya al interior...


Nos recibe en primer lugar una maqueta creada para mostrar el proyecto de ensanche del viaducto de la N-234 que pasa por la ciudad.


Replica de un miliario hallado en Sora, Zaragoza.


Hito de 1845.


Vista general de varios tipos de hitos.


Hitos hectométrico y kilométrico.


Hito miriamétrico, colocado cada 10 kilómetros.



Hito de límite provincial.





Señal "local" podríamos decir, no adscrita a modelo oficial y posiblemente la señal metálica más antigua presente en la exposición. Los agujeros son marcas de bala de la época de la Guerra Civil.



Señal de confirmación perteneciente a la Instrucción de 1939, perfectamente restaurada. Este tipo de señal es sumamente difícil de ver hoy en día, quedando seguramente pocas decenas en todo el país.








Replica de señalización vertical, inicios del siglo XX.


Hitos de la Instrucción de 1939 o "tipo Peña", por Alfonso Peña Boeuf, ministro impulsor de dicho plan tras la guerra civil. En la imagen y de izquierda a derecha: hito de empalme entre diferentes carreteras, hito delimitador de terreno, hito kilométrico e hito hectométrico (situado cada 100 metros).




Herramienta utilizada por los Peones Camineros.


Señalización empleada por dichos peones en tramos en obras.


Herramientas de examen de firmes y materiales en laboratorio.


Gravas de diferentes grosores.


Detallada maqueta de una casilla de Peones Camineros según el modelo oficial.




Chapas de identificación de Camineros y sus diferentes rangos.


Material de oficina y documentación.


Por último, más vehículos de Obras Públicas, estos más modestos...




Hasta aquí este paseo virtual por el museo. Ya que uno se acerca hasta Teruel con el fin de conocerlo, y siguiendo con la misma temática, es visita obligada el espectacular viaducto de la carretera N-234, cuya maqueta hemos visto al comienzo del reportaje. Hoy en día su uso es peatonal, una vez que ha sido sustituido por otro más moderno y, la verdad sea dicha, estéticamente muy inferior.


En la barandilla del viaducto, nuevamente el escudo de ingenieros de caminos.


Por lo que a mí respecta, el viaje siguió hasta tocar el Mediterráneo, documentando la primitiva carretera de Teruel a Valencia, posteriormente integrada en el itinerario de la N-234...



... y parando tranquilamente en las Cuestas del Ragudo, aunque estas quedan (y lo merecen) para otro reportaje.

6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. He podido visitar el citado museo y ha sido realmente entretenido, sobre todo la parte de la exposición en el interior.

    En cuanto a la maquinaria expuesta en el exterior, he sentido cierta tristeza, ya que se ve que el estar a la intemperie no le sienta nada bien. Es cierto que el hecho de estar ahí ya es un gran paso, pero merecía estar más protegida.

    Sea como fuere, mi más sincero agradecimiento a aquellos que han hecho y hacen posible este museo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, David. Efectivamente, es un grandísimo museo que por desgracia aún es poco conocido. Ojalá se convierta en un referente, que en cierto modo ya lo es, y que sirva para difundir el aún exiguo conocimiento sobre la carretera y su historia en este país. También comparto contigo que da un poco de pena ver esa maquinaria sin al menos un pequeño techado que lo proteja de la climiatología, pero menos es nada.
      Saludos.

      Eliminar