17 junio 2020

Una segunda oportunidad en la C-502

La Sierra de Gredos, ubicada casi en el centro de la península, abarca un extenso territorio que ocupa terrenos de ambas Castillas, Madrid y Extremadura. Inmensa y kilométrica mole de granito, encuentra su cota más alta en el Pico Almanzor, que sobre suelo abulense se yergue 2.592 metros sobre el nivel del mar.

La red vial que circunvala Gredos se compone fundamentalmente de tres carreteras principales, además de otras más pequeñas que dan capilaridad a la red local. Hablamos de la N-110 por el norte, carretera de Soria a Plasencia; de la N-V/A-5, autovía de Extremadura por el sur; y la N-502 por el este del macizo granítico. La N-502, actual carretera de Ávila al enlace con la N-432/A-45 a la altura de Espiel (CO), fue anteriormente la comarcal C-502, cuyo recorrido nacía en Ávila y finalizaba en Talavera de la Reina. 


En este reportaje vamos a detenernos en un par de puntos de la antigua comarcal C-502 y en las andanzas de uno de los personajes ilustres que aportó algo más de fama a este bello lugar, Paco Costas. Pontevedrés de Bueu, y gran conocido del mundo del motor, rodó por estos lugares varios capítulos de su afamada y necesaria serie "La Segunda Oportunidad", y sería sumamente injusta la no alusión. Paco nos dejó un 11 de julio de 2018, sirva este post como tímido homenaje a su figura, digna de bastante más que estas líneas.

LA CALZADA DEL PUERTO DEL PICO

Cuevas del Valle se encuentra situado al fondo del valle del río Pasaderas, valga la redundancia, lugar en el que desemboca tanto la carretera como la famosa calzada que ha hecho conocido este lugar. La llegada a la localidad, final de la etapa, estaba prevista para el final de la tarde. El día había sido intenso, inmerso en las tareas de documentación exhaustiva de la N-I desde poco más allá de Burgos hasta el enlace con la M-618 madrileña, carretera de curiosa ampliación de calzada qué, tras algún pequeño parón en los puentes sobre el Manzanares y una brevísima visita a El Escorial, me introdujo de lleno en la M-505/CL-505 y las tierras abulenses. Tras atravesar la ciudad amurallada y padecer las tormentas primaverales de finales de abril, adentrarse en las estribaciones de la Sierra de Gredos fue un espectáculo grato en lo paisajístico y relajador tras horas de conducción y decenas de paradas. Aunque había ganas de llegar a destino, cenar algo y descansar, el impacto visual nada más coronar el Puerto del Pico obligó a detenerse y aprovechar a realizar algunas fotografías más hasta agotar las baterías de las cámaras.

De entrada, lo primero que nos recibió fue un hermoso hito leguario en el alto del puerto.




Desde el mirador del alto se puede disfrutar de unas soberbias vistas del valle horadado por el río Pasaderas y apreciar el trazado serpenteante de calzada y carretera.



La calzada está señalizada en todo momento como "calzada romana". No soy arqueólogo ni historiador, pero existen fuentes fiables que ponen en entredicho tal teoría. No iniciaré ese debate porque no cuento con argumentario propio, pero en España frecuentemente se cita como romano todo lo que es de piedra cuando realmente mucho de lo que hay de piedra es medieval o incluso posterior. Entrando en lo carretero, que es lo que procede y en lo que sí me puedo defender, muy cerca del alto la N-502 cuenta con un pequeño tramo rectificado, se trata de una garganta que en su momento se salvaba con un bonito puente de piedra y que años más tarde fue sustituido al resultar insuficiente para la seguridad del tráfico rodado.


´


La corrección de trazado se hizo levantando un pequeño viaducto que recientemente ha visto renovada su capa de aglomerado asfáltico.



Con el grato sabor de boca de haber disfrutado de este pequeño preludio de lo que nos espera al día siguiente, bajamos el Puerto del Pico y nos dirigimos al alojamiento en Cuevas del Valle, es hora de descansar para el conductor y su vieja montura, de 43 años por entonces. 


La idea del día siguiente es madrugar y coronar el puerto a pie por la calzada, idea abortada tras el amanecer por una espesa niebla y una lluvia suave pero incesante que desaconseja la mañana de senderismo. Llegados hasta aquí, no vamos a quedarnos sin recorrer el puerto de nuevo, así que toca coger el coche y ascender a la cima. Una vez arriba, parece que no todo va a ser mala suerte, deja de llover y puede ser buena idea hacer unos metros de calzada mientras el tiempo aguante...

Botas cómodas y a caminar. Pronto nos recibe esta antigua casa de portazgo.



La niebla se va disipando y la visión abarca ahora una mayor distancia.










Gracias a la casi total desaparición de la niebla, podemos ver el viaducto que conocimos el día anterior.








Sea cual sea el origen de esta vieja calzada, merece y mucho la pena su visita. Media vuelta y hacia la cima de nuevo.


La casa-portazgo, ahora bañada por los rayos de sol...


Y las preciosas vistas de la calzada desparramándose por el valle.



Qué pena no disponer de más tiempo, el viaje debe continuar hacia tierras de Extremadura. Retomamos el coche y bajamos hasta la mitad del puerto, aquí la carretera secciona el trazado de la calzada, lo que aprovecharemos para detenernos y recorrer otro pequeño tramo del viejo camino.



Vuelven las nubes negras al alto del puerto, parece que hemos tenido suerte con el momento de la visita.



Fauna local...





Impertérrita a nuestra presencia.


¿Queréis ver el Puerto del Pico desde otra perspectiva? Echad un ojo al siguiente enlace y a continuación hablamos de ello: CAPÍTULO 12 - BAJADA EN PUERTO

EL SEAT 850

Algo me llamó la atención el día anterior de camino a Cuevas del Valle, y ese algo hizo volver sobre mis pasos en dirección a Ávila. He aquí lo que motivó el hacer varios kilómetros de vuelta.


Un leguario convertido en fuente. Es interesante dada la escasez de ellos pero no es este el motivo de mi regreso, así que continuamos unos kilómetros más.


Seguramente seremos muchos los amantes de los coches clásicos que conozcamos la miniserie "La Segunda Oportunidad", obra maestra producida por el anteriormente mencionado Paco Costas y que con gráfica crudeza describía los peligros a los que se enfrenta el conductor en el uso cotidiano del automóvil.

Fuente: Televisión Española

La Segunda Oportunidad comenzó sus emisiones en octubre de 1978, y a lo largo de 24 capítulos nos enseñó como evitar esos accidentes, mediante el uso de la cámara reversa para retroceder en el tiempo y corregir la maniobra. Fueron muchos los coches hoy clásicos que se emplearon para las grabaciones, algunos con magulladuras como el Seat 124 de "La curva con agua" u otros con destrucción total del vehículo como en el caso del Jaguar que se utilizó en el breve episodio de presentación de la serie. Personalmente, quizá el que más me impactó fue el del alocado descenso del autocar Barreiros ladera abajo, aderezado con un montaje magistral de la escena que hace del evento algo realmente dramático. Yo ni había nacido cuando se emitieron, pero huelga decir que ahora, y gracias a Youtube, he podido ver todos repetidas veces, ya que además del mensaje, es sumamente atractiva la pátina antigua de dichos capítulos, con esos coches y carreteras de antaño. 

Dicho esto, ubiquémonos en el lugar. Nos encontramos ya en el "puente del Maragato", denominado así por la vecina "cueva del Maragato". Dicho Maragato debió ser un bandolero o asaltador de caminos muy conocido en el lugar, es de suponer que por el número o resonancia de los pillajes realizados en su momento. Antes de continuar, recomiendo al lector que vea el capítulo al cual nos vamos a referir en la segunda parte del reportaje: CAPÍTULO 10 - CURVA CON TIERRA

Impactante, ¿verdad? Veamos el lugar del rodaje a vista de pájaro. Así era cuando se rodó este episodio:

Fuente: Instituto Geográfico Nacional.

Fuente: YouTube/TVE. Fotograma extraído del propio capítulo. Para una mejor ubicación y comprensión del lector, la cámara graba en este caso desde el lado norte del puente, inverso respecto a las imágenes aéreas del Instituto Geográfico Nacional.

Viniendo desde Ávila, al nordeste de la imagen, todo el trazado es en pendiente descendente. Encontramos una primera curva cerrada en el encuentro con el cauce del río Astillero. Una vez superada esta nos damos de bruces con otra curva aún más fuerte para entrar en el puente sobre el río, puente por el que se precipita el Seat 850 tras frenar bruscamente y bloquear las ruedas. A día de hoy, la situación es totalmente diferente:

Fuente: Instituto Geográfico Nacional.

Tanto una curva como otra han sido totalmente modificadas. Para corregir la primera se ha realizado un desmonte y se ha ampliado ostensiblemente el radio de la curva, además de añadir los correspondientes sistemas de contención. En la curva del puente, se ha eliminado el antiguo paso por el puente de piedra sustituyéndolo por un viaducto de nueva construcción que anula las anteriores curvas de entrada y salida. Además de esto, se ha creado un carril para tráfico lento en el ascenso hacia Ávila.

A vista de suelo, la imagen es la siguiente:



Lo moderno convive con lo antiguo en este lugar, a mi juicio con acierto.


El tránsito por este rinconcito de Gredos es mucho más seguro hoy gracias al doble sistema de contención.



También sobreviven los viejos pretiles de piedra, esta vez fuera de las zonas críticas en caso de salida de vía.



Las sucesivas capas de asfalto han ido añadiendo varios centímetros de firme.


El viejo puente sigue en uso, hoy ha sustituido su función esencial por otra mucho más relajada, la de ser un pequeño área de descanso. Un lugar de ensueño para detenerse, apagar el motor y escuchar el silencio en plena naturaleza.



Si el pobre Seat 850 hubiese hecho su último recorrido unas décadas más tarde, hubiese esquivado su infausto destino continuando su viaje por el viaducto actual. Quedémonos al menos con que su sacrificio sirvió para que muchos tuviesen conocimiento del peligro de frenar sobre suelo resbaladizo.



No solo se grabó este episodio en la antigua C-502, el cercano Puerto del Pico vio como en sus cuestas se grababan las tomas en las que un Renault 8 lidiaba con el calentamiento de frenos, también con fatídico resultado, en el CAPÍTULO 12 - BAJADA EN PUERTO, que hemos mencionado anteriormente.

Difícil de cuantificar, pero a cuántos conductores salvaría la vida el ilustre Paco con su miniserie. En el siguiente fotograma lo vemos en un momento del capítulo, tras el despeñamiento del pequeño Seat.

Fuente: Youtube/TVE


-- IN MEMORIAM --