Ya era hora de volver a dar señales de vida por aquí, tras más de un año desaparecido. No ha sido así en redes sociales, pues aunque con menos ritmo que años atrás, Instagram ha ido manteniendo unas actualizaciones más o menos constantes. Es hora pues, de desempolvar el blog y recuperar esa cadencia de nuevos reportajes con periodicidad.
Para arrancar de nuevo, nos trasladamos a la carretera nacional N-320, de Albacete a Guadalajara por Cuenca. Nos fijaremos en concreto en pequeños tramos y alguna curiosidad en las cercanías del municipio de Sacedón, ribereño respecto al malogrado Mar de Castilla. Es este un viaje realizado hace ya un tiempo, por lo que puede existir alguna pequeña variación respecto al estado actual.
Sacedón es un pequeño pueblo de poco más de 1.500 habitantes ubicado en la Alcarria de Guadalajara. Antaño, cuando el Mar de Castilla era un motor turístico en la zona, esta localidad vivía sus años dorados al calor del turismo mayoritariamente madrileño, que buscaba en la cercanía de las costas de Entrepeñas y Buendía las playas naturales que de otra manera le quedaban a varias horas de viaje. Urbanizaciones, negocios varios y un continuo trasiego de gente y vehículos hicieron de esta zona un lugar de recreo deseado y publicitado hasta en el No-Do de la época. Años después, la tendencia pluviométrica negativa y el polémico trasvase Tajo-Segura dieron al traste con la abundancia de aguas y con ello el turismo "nautico". No es objeto de este blog debatir sobre los motivos que llevaron a esta situación, solo diré que la gestión de este asunto es un auténtico desastre que ha enfrentado a unas comunidades con otras y que deja la sensación de empobrecimiento forzado de una comarca en beneficio de otra.
La construcción del sistema de embalses del Mar de Castilla, compuesto por Entrepeñas, Buendía y Bolarque, propició, como en tantos otros casos, el abandono de viejas carreteras y la construcción de otras nuevas. Un ejemplo de estos abandonos lo podemos ver en la serie de reportajes sobre la N-240 del embalse de Yesa, que periódicamente emerge como queriendo reivindicar su existencia. Puestos en funcionamiento en la década de los 50 (excepto Bolarque, que data de 1910), estos represamientos de agua supusieron un claro impulso a la producción hidroeléctrica, llegando a componer entre los tres embalses la mayor producción de electricidad de Europa en su momento.
Aprovechando un evento en la zona, me acerqué a conocer el entorno de Entrepeñas, atraído por esa mezcla de esplendor de los 70 y la dejadez y pesimismo que vive ahora, y que deja impronta en los lugareños. Prueba de ello es el tema de conversación que mantenían en la mesa de al lado durante la cena, relativa a las lluvias y al nivel de agua en Buendía. Una cosa está clara, el "encanto de lo abandonado" se ve de forma muy diferente entre los que nos acercamos desde fuera y los que viven desde dentro el dramatismo del abandono de una comarca. Pero pasemos ya al tema "carreteril". Como decía al inicio, ha pasado tiempo desde que se realizó este viaje, pero las imágenes de los lugares abandonadoss siguen estando plenamente vigentes.
Vamos a recorrer en primer lugar la actual y antigua N-320 desde Sacedón hacia el oeste, en dirección a Madrid. Al coronar el Alto de San Julián encontramos un antiguo hito tipo Peña restaurado en su momento por varios alumnos del curso 2008-2009 del Taller de Especialización Profesional "La Isabela II".
Desde este lugar tenemos vistas al embalse de Entrepeñas, como las que dan inicio al reportaje o esta en la que vemos el dique a lo lejos.
No es este el único hito existente en este tramo, un kilómetro más adelante, en la otra vertiente del puerto, hallaremos el del p. k. 82.
El trazado sinuoso de la N-320 dada la complicada orografía del lugar motivó la construcción de una variante de trazado que eliminó varias curvas de cerrado radio.
La carretera hace aquí un extraño giro para guiar al conductor hacia la variante.
Ignorando dicho giro, avanzamos unos metros y la señalización nos advierte de que el tramo no tiene continuidad.
A lo lejos, el túnel de la variante.
Complicado seguir... Unas barreras tipo "New Jersey" nos cortan el paso.
Lo recorreremos a pie, como tantas otras veces y en otros tantos lugares en los que el cierre del tramo o su degradación por el abandono han obligado a hacer. Lo primero que nos recibe es una profunda trinchera excavada en la roca para dar paso a la calzada.
Una vez más, la vegetación va adueñándose del lugar de forma lenta pero inexorable.
Tras la trinchera, doble sucesión de curvas y murete de sostenimiento de la calzada.
En la siguiente fotografía aérea del Instituto Geográfico Nacional, podemos observar el tramo visitado cuando aún se encontraba abierto al tráfico.
Poco más adelante, la carretera vieja se corta al encontrarse con la variante. Saltamos al otro lado del estribo de la presa de Entrepeñas para hacer una breve incursión en la interesante carretera CM-9222.
La carretera tiene continuidad desde la coronación de la presa hasta la vega del Tajo, pero al menos en el momento de la visita estaba prohibida la circulación por los dos kilómetros aproximados que unen ambos puntos, dado el peligro de desprendimientos. Precavido que es uno, no me adentré por ella, aunque son numerosas las fotografías de personas que sí lo han hecho, desafiando la prohibición. A decir verdad, este pequeño tramo bien merece una rehabilitación y su reapertura en condiciones de seguridad.
Una vez llegados a las proximidades del Tajo, un bello puente de estilo románico nos recibe, junto a una añeja señal de advertencia de estrechamiento de calzada.
En el pretil del puente sobrevive este hito del kilómetro 32 de la C-204, la que fue carretera comarcal de Pastrana a Sigüenza por Cifuentes.
El puente y el hito de piedra se integran bellamente con el entorno natural.
También queda algún que otro vestigio del pasado esplendoroso del mar de Castilla, como este panel que hablaba de los extensos pinares que rodeaban la flamante y novedosa urbanización "Nueva Sierra".
También pasó el tiempo del ferrocarril, he aquí lo que queda de la antigua estación de Auñón, que perteneció al ferrocarril del Tajuña y que unía Madrid con Alocén.
Hora de volver a Sacedón, la cabeza de comarca tiene algún vestigio carretero que ofrecernos, pero antes, un pequeño repaso a lo que queda (o quedaba) de esta señalización perteneciente a la O. C. de 1962.
Ya en el casco urbano de Sacedón, encontraremos otro hito de la C-204.
No terminan las alusiones carreteras, justo al otro lado de la vía, un hito mucho más antiguo y de labrado más tosco. He aquí sus inscripciones:
A Carrascosa y a La Isabela, o más bien a su balneario, hoy sepultado bajo las aguas del embalse de Buendía. Declarado Real Sitio en 1826, el balneario estuvo activo hasta la Guerra Civil, tras cuya finalización no volvió a reabrir para tal uso y fue finalmente inundado en 1958. De manera periódica, y "gracias" al habitual bajo nivel del embalse, las ruinas emergen y son un lugar de preregrinación de los amantes del patrimonio inundado.
Añeja publicidad Michelin cerca del hito histórico.
Placa instalada junto al hotel Mariblanca, en el que me alojé y en el que si bien no probé el "cabrito mamantón", he de reconocer que estuve muy cómodo.
En cuanto a la anteriormente mencionada C-204, más adelante la recorreremos hasta uno de sus puntos más singulares. Pero antes, un vistazo al "paseo marítimo" de Sacedón.
Una solitaria ancla nos recibe al comienzo del paseo que, a modo de espolón, debería internarse casi en el embalse en caso de máximo llenado.
No es el único elemento ornamental en este lugar.
Avanzamos por el paseo.
Al final del mismo, un elemento decorativo firmado por el Ministerio de Fomento y un recuerdo a la N-320, en forma de hito recuperado e instalado aquí. La variante de la N-320 preside las vistas desde este punto, y más adelante el secano del embalse.
El agua queda lejos de aquí en el momento de tomar la imagen.
Si salimos del paseo campo a través, la imagen es desalentadora, todo esto debería estar cubierto por una lamina de agua.
Dejo aquí una captura de Google Maps en la que se muestran en orden los lugares visitados en el entorno de Sacedón.
- Alto de San Julián e hito restaurado.
- Tramo de N-320 abandonado y sustituido por variante de trazado.
- Puente románico, hito de la C-204 y estación de tren de Auñón.
- Señales e hitos en Sacedón.
- Paseo hacia el embalse.
Salimos ya del casco urbano y entorno de Sacedón para recorrer algún tramo abandonado más de la N-320. Tomamos la variante de la carretera en dirección oeste, hacia Córcoles, pronto saldremos a la carretera vieja para conocer el tramo que a día de hoy sirve de acceso al monasterio de Santa María de Monsalud.
Se suceden las rectificaciones de trazado, en este caso abiertas al tráfico.
Quizá macadán y riego asfáltico.
La siguiente señal ya desapareció, víctima del expolio por parte de algún indeseable.
Se encontraba en las cercanías de Alcocer, en la carretera que desde esta localidad conectaba con Alcohujate y que quedó cortada con el llenado del embalse. Sin duda alguna, ha sido todo un logro que esta señal haya llegado hasta nuestras fechas, habida cuenta de que era perfectamente visible desde la actual 320, y perfectamente identificable por ojos expertos. Además, era un ejemplar bastante inusual, pues no serán muchos los casos en los que estas señales se instalaron, y menos aún que hayan sobrevivido. Ahora ya es igual, hará en torno a un año algún miserable se la llevó para su disfrute personal. No es la única señal de la Instrucción de 1939 que sobrevive en esta comarca, pero las imágenes no se van a publicar aquí para no dar pistas a los expoliadores.
Esta aún seguirá, dada su convencionalidad y vandalización.
Camino de vuelta hacia Sacedón para tomar ahora la antigua C-204, actual N-204 en dirección norte.
El singular viaducto de Entrepeñas es otros de los puntos de visita obligada.
Cae la tarde, y la quietud reina en el lugar. El viaducto, de notable altura, ofrece unas vistas de primer nivel al embalse.
Estas imágenes sí han quedado obsoletas. El viaducto ha recibido una profunda reforma, consistente en "la reparación de pilares y bóvedas, aumento de la anchura de los carriles, mejora de la seguridad vial con pretiles y renovación del sistema de drenaje, entre otras actuaciones".
Trato de bajar hacia los pilares, pero los accesos no son fáciles y la luz escasea más de lo que se puede apreciar en las fotografías, por lo que desisto y emprendo camino de vuelta a Sacedón.
No sin antes parar en alguna de esas lustrosas urbanizaciones de los setenta, creadas al calor del turismo nautico.
Cae la noche en Sacedón y es hora de descansar. Con el nuevo día es momento de dejar la localidad alcarreña para hacer la última visita, que no va a ser de tipo carretero.
La presa de Buendía nos espera.
Reconozco, igual que he hecho otras veces, mi admiración por las grandes infraestructuras hidráulicas.
Al igual que en Entrepeñas, la carretera discurre por la coronación de la presa.
Antiguos sistemas de contención en las zonas aledañas al embalse.
Hasta aquí el reportaje, que no la ruta. Los compañeros del Club R12 me esperan para nuestro encuentro anual.
Que este reportaje sea un aperitivo de otro mucho más exhaustivo, eso significará que habré podido darme el placer de volver a esta zona y dedicarle mucho más tiempo a todo lo que este Mar de Castilla y su entorno, que no es poco, tienen para mostrar.